Una gala marcada por la unión frente a los escándalos
Como cada año la noche más esperada para muchos de nosotros nos deja muchas cosas de las que hablar y es que, pese a quien le pese, ésta es la gala más importante del mundo audiovisual. Pero lo que no nos imaginábamos es que esta noche iba a ser mucho más importante que otras. Iba a tener cierto sabor digital.
Después de todos los escándalos que vienen rodeando al séptimo arte y a EEUU, todas las miradas estaban centradas en esta noche. La gala fue especialmente reivindicativa, con un tono muy cordial, a partes juvenil y a partes solemne (gracias a presentaciones que vinieron de la mano de glorias de los años más dorados de Hollywood) y para sorpresa de muchos resulto ser una noche muy latina, gracias a los premiados en parte y casi en su totalidad gracias a la maravillosa «Coco» por propia identidad y sobre todo, gracias a las palabras de presentadores y nominados.
Pero si hoy nos decidimos a escribir estas palabras no es por lo evidente, no tienen nada que ver con ganadores, con previsiones ni quinielas. Lo que realmente nos pareció muy interesante fue la entrega de uno de esos premios que casi siempre pasan desapercibidos. Muchos de vosotros ya sabréis de cual estoy hablando.
Esta vez sí consiguió tocar el Sol
No fue el Óscar a mejor película, ni a mejor actor, ni a mejor director el que sentará un precedente para el futuro, fue una de esas categorías que a pocos suele importar la que dio la sorpresa. Hablamos del premio a mejor película documental, concedido a «ícaro».
Este documental habla sobre el dopaje deportivo y el escándalo que se ha producido en Rusia en los últimos tiempos por este motivo, con unos giros argumentales impresionantes cuando nos adentramos en la segunda mitad del mismo y un final bastante impactante. Pero esto no es lo que nos interesa, lo que realmente nos interesa es que ésta es la primera estatuilla que se lleva Netflix en su corta historia.
Revolucionando el cine sin saberlo
La empresa que empezó como un «videoclub» a mediados de los 90 ha modificado su modelo de negocio hasta lo que es hoy en día y ha aprovechado todos los recursos tecnológicos habidos y por haber hasta constituirse poco a poco como un referente para el sector. Y esto solo puede ir a más.
«Okja» ya sentó precedente el año pasado creando una gran polémica con su presentación en el Festival de Cannes, mucha gente no entendía que hacía una película que no iba a recorrer el «camino» de exhibición natural de un film, ya que no se exhibía en la gran pantalla (entre ellos Pedro Almodovar), lo que ya crea el primer debate en cuanto a lo que debería ser la distribución de un film.
Esta situación nos planteaba muchas preguntas ¿Es justo que una producción destinada a su visionado en la gran pantalla compita contra otra que se distribuirá digitalmente (que ya solo por esto tiene muchísimos menos gastos)? ¿Veremos algún día productos de Netflix en la gran pantalla? ¿Simplemente son dos formas de explotación que deberían de compaginarse? ¿tendremos la opción de ver una película de nuevo estreno en casa o en cine a la vez y desde el principio?. Quizás pueda parecer que todas estas preguntas que se plantearon en su día no tengan mucho que ver con el hecho del premio de este año en sí, o puede que esto solo haya pasado por la naturaleza del propio género documental ya que al menos en europa no suele tener la misma ventana de explotación que una película. Nosotros al menos creemos que esto es el principio de algo y que el futuro ya esta aquí.
El cine de la era digital
Netflix ya anunció la intención de crear al menos 700 obras propias para el 2018 y aunque en el terreno de la ficción siguen estando muy verdes (en películas, no en series), este reconocimiento puede suponer una inyección muy potente y puede que dentro de diez años estemos hablando de esta productora como una más o una de las más potentes.
Lo que esta claro es que la ventana digital ya no es una ventana, es la vidriera a traves de la cual vemos la realidad, ya no es que sea importante estar en el medio digital, sino que ya es el medio en el que vivimos. Netflix es solo uno de los ejemplos de los ecommerce que están triunfando y creciendo, cada año más y más empresas están pivotando su modelo de negocio y abrazando las posibilidades que el mundo digital les ofrecen.
La victoria de «Icaro» es también en cierta medida la victoria del nuevo modelo frente al antiguo y este camino ya ha sido abierto, solo hay que seguirlo para seguir construyendo el futuro.