Comercio electrónico para torpes
Cuán lejos _y en el fondo, tan cerca_ quedan los tiempos en que, una vez tenías una idea de negocio y capital o financiación para montar tu comercio, sólo quedaba comprar la mercancía, abrir la puerta, esperar y despachar. Y así, hasta la jubilación. Nadie contabacon que la aparición del comercio electrónico.
Ahora las cosas han cambiado mucho, aunque en realidad sigue siendo lo mismo desde el punto de vista del sentido común. Lo mismo, aunque con otros nombres y nuevas y esenciales habilidades tecnológicas, en todo menos en lo de “esperar” (los clientes ya no vienen sin más y entran, sino que hay que salirles al encuentro, hay que ir a buscarlos) y mucho menos en lo de “despachar”, ya que la venta sin más, mecánica, sin alma, ha muerto. Ahora procede ponérselo fácil al consumidor y darle satisfacción global para que éste compre libre y gustosamente.
La venta se ha convertido en arte, en el arte de mimar al cliente con la calidad y la excelencia.
Sabedores de la gran dificultad que este gran cambio de paradigma supone para muchos empresarios, ponemos a disposición -con todo nuestro cariño y respeto- de los todavía ‘inadaptados’, éste decálogo de inexcusable cumplimiento para llegar a ser un buen empresario de la era digital y triunfar con tu idea de comercio electrónico:
1. Di tu nombre. Si puede ser, bien sonante y fácil de recordar. Lo que ahora llamamos un buen “naming”.
2. Conócete a ti mismo y di quién y cómo eres. Enseña orgulloso tus valores, el alma desde la que crear o dar a conocer tu marca.
3. Saca lo mejor de ti y diferénciate. Seduce. Muy importante el logo y claim de tu marca para que todos te distingan, te reconozcan y te elijan.
4. Abre digitalmente una tienda al mundo entero, durante las 24 horas cada día y todo el año, con el mejor y más atractivo escaparate posible. Encarga, a tal efecto, una web que cumpla los estándares de vanguardia tecnológica y de alta calidad. Recuerda: Si no tienes web, no existes. Así que hazla. Y si la tienes y no cumple los estándares 2.0, como si no la tuvieras, porque no existes para los servidores de Internet. Una vez más, rehazla cuanto antes.
5. Procura que sea atractiva (diseño y desarrollo web de este milenio), cómoda y agradable de utilizar para los usuarios, así como apta para ser vista para cualquier ojo desde cualquier lugar. Usabilidad y responsividad resultan imprescindibles. Las tablets y los móviles inteligentes, tipo smartphone, son tu escaparate en el bolsillo del consumidor.
6. Haz que sepan de ti y te encuentren pronto, antes que a los demás y cuantos más mejor. Palabras clave, cruciales. Renovación periódica de contenidos de tu web, presencia y actividad comunicativa en redes sociales, así como difusión de contenidos propios y de calidad a través de blog son estrategias fundamentales para tu posicionamiento orgánico (SEO). Y, si es adecuado a tus objetivos, invierte en posicionamiento y en ventas de servicios y productos mediante publicidad pagada (SEM).
7. Créate una buena reputación digital. Habla de ti a todos (comunicación relacionada con lo que importa, tu propuesta de valor para tus clientes). Sé amable. Destácate por tu calidad y excelencia entre todos los demás (branding / marketing de marca).
8. Escucha a tus clientes, trátalos bien, háblales en su terreno y en su lenguaje. Diles la verdad. Ten presencia digital activa (Social Media relacionado con tu prestigio y confianza digital).
9. Ofrece lo mejor en todo momento a tus clientes objetivos (tu target, al que debes conocer muy bien)… El mejor trato, la mejor experiencia, el mejor servicio y el precio más justo aunque no los tengas delante. Regálales experiencias emocionales para recordar. Hablamos, lógicamente, del e-commerce o comercio electrónico y de ventas éticas para lo que necesitas una tienda online.
10. Cumple siempre con tu promesa. La satisfacción y las ganas de compartirla de tus agradecidos clientes crearán un boca a boca digital que hará el resto de cara a la notoriedad social de tu marca y, ¡cómo no!, al éxito de tu proyecto empresarial. Así acabamos con los cimientos del comercio electrónico.
Y recuerda… Estos diez mandamientos se resumen en dos: amarás al cliente como a ti mismo, y no pronunciarás el nombre de tu marca en vano. Hasta el próximo post.